La tipografía es uno de los elementos más importantes de la imagen de marca junto a los colores y las texturas. Además, esta influye ampliamente en el reconocimiento y diferenciación entre los consumidores.
Como ocurre con los demás elementos visuales, la tipografía debe estar alineada a tu identidad corporativa, pues la fuente que elijas formará parte de la personalidad de tu marca.
Hacer una elección adecuada evita confusión entre los consumidores. De hecho, el 71 por ciento de los profesionales consideran que esta puede generar un impacto negativo para las marcas, de acuerdo con el estudio “The Impact Of Brand Consistency”.
Por ello, al momento de diseñar o elegir la tipografía para representar a tu marca debes crear previamente una estrategia que pueda ayudarte en el proceso.
Puedes tomar como punto de partida los valores, la historia o la trayectoria de tu marca. Recuerda que el principal objetivo de tu tipografía es proyectar la esencia de tu marca hacia los consumidores.
Puntos a considerar para encontrar la tipografía perfecta:
Si cuentas con un gran presupuesto, la tarea puede resultar más fácil, pues te permite aliarte con profesionales que se encarguen de diseñar una tipografía especifica para ti.
Sin embargo, lo más importante es que, sea cual sea la que elijas, esta sea legible y fácil de recordar para tu audiencia.
Como otros aspectos del diseño, la tipografía forma parte de la guía de estilos de tu marca, por eso, al momento de crearla debes especificar que está permitido en ella y qué no; desde los colores y formas de aplicación hasta los espacios y tamaños que esta debe ocupar.
Elige tu tipografía perfecta:
No es necesario que te limites a un solo tipo de tipografía, pero si es importante que no abuses de ellas, considera no aplicar más de 3 tipografías diferentes dentro de tu diseño.
La letra Romana es la más básica, y su nombre se deriva de las inscripciones en los monumentos romanos. Por otro lado, la Cursiva o Itálica se traza alrededor de un eje angulado.
Una de las fuentes más populares es la Sans Serif, creada por William Calson en 1816, la cual se destaca por un diseño sencillo con una variación mínima en sus trazos delgados.
Tan solo en Estados Unidos, las empresas prefieren las derivaciones de esta tipografía, hasta en un 81 por ciento según datos de VENNGAGE.
Si cuentas con un espacio más corto, la letra Condensada es una buena opción, pues aunque tiene mucho parecido con la Romana, es más estrecha que esta. Del lado contrario está la fuente Extendida, que como su nombre lo indica es más ancha, lo cual la hace perfecta para rellenar titulares.
Por último, tenemos la Negrita o Bold (como muchos la conocen) y la tipografía Fina, ambas presentando estilos opuestos.
Aunque en este espacio te mencionamos diversas tipografías y sus características, lo más recomendable es trabajar de la mano con expertos en el tema para la elección o creación de la fuente perfecta para tu marca.
En Ecléctica nos enfocamos en desarrollar una comunicación relevante, es por ello que nuestra metodología en cuanto a creación de proyectos se basa en cuatro conceptos clave: investigación, creatividad, funcionalidad y estética.
Al presentar propuestas preliminares adoptamos una actitud abierta, sabiendo que no hay obstáculos de diseño que no se puedan superar. Estamos convencidos de que la inspiración para una buena estrategia y un buen concepto puede surgir incluso de los lugares menos esperados.
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