Muchas marcas se encuentran en una constante lucha por mejorar su identidad corporativa sin lograr el éxito que desean. Esto sucede porque todavía no han entendido lo importante que es contar con un ADN fuerte.
En su mayoría, dichas empresas toman esta característica como una ventaja frente a su competencia y las exigencias de sus consumidores. Todas pueden ser capaces de mejorar sus estructuras interna y externa para lograr resultados satisfactorios, pero para ello se debe dedicar dedicar tiempo y esfuerzo.
Por ejemplo, Eduardo Caccia explica en su artículo “Las marcas también tienen ADN” que un error terrible para las marcas es dejar que su ADN se genere por sí solo sin intervenir en su mejoramiento.
Nunca ha sido suficiente contar con un producto de calidad o brindar un buen servicio. También es necesario poner empeño en la conexión con consumidores, es decir, en la satisfacción emocional que tu marca puede proporcionar a las personas que muestren interés en tu producto o servicio.
Para saber si cumples con estos factores y reconocer en qué proceso te encuentras en el desarrollo de tu ADN, deberás responderte las siguientes preguntas de forma sincera:
· ¿Qué experiencias ofrece tu marca?
· ¿Cómo está posicionada?
· ¿Cuentas con una promesa de valor atractiva?
· ¿Toda tu estructura empresarial trabaja en equilibrio?
· ¿Sabes aplicar con efectividad un Story Telling?
· ¿Sabes cómo emplear tu ADN para diferenciarte de la competencia?
Datos recopilados por The Chartered Institute of Marketing reflejan que solo el 55 por ciento de las empresas realmente consideran que sus estructuras interna y externa están alineadas.
Pero ¿qué sucede cuando nuestra marca no se encuentra en armonía?
Si los consumidores empiezan a notar esta inestabilidad en tu identidad corporativa, de forma razonable deciden no interactuar más con ella.
¿Cómo logro la estabilidad de mi identidad corporativa?
Tanto los valores de la empresa como los objetivos y esfuerzos de marketing deben estar alineados y en coherencia para que tu marca cuente con un ADN e identidad corporativa fuerte.
Para lograr este objetivo debes combinar creatividad y estrategia, pues no importa que tengas el concepto más creativo si no sabes implementarlo en tu campaña de forma estructurada.
Apóyate de los diferenciadores de tu producto, ¿qué te destaca de la competencia y te hace único?
Estas características son justamente las que te ayudarán a posicionar tu marca en un sector competitivo y, al mismo tiempo, a encontrar tu Promesa Única de Valor para proporcionar experiencias y soluciones a tus consumidores.
Conocer y explotar las características de tu marca pueden ser tareas difíciles, sobre todo porque debes evitar caer en la exageración y en el autoengaño.
Por esto, es necesario disipar el panorama de forma objetiva para ver con claridad la situación de tu marca y poder detectar los puntos a mejorar.
¿Cuándo necesito reestructurar mi marca?
Algunas marcas han sabido emplear sus diferenciadores de forma creativa para acercarse a sectores específicos de la población y desde ahí conectar con clientes potenciales.
Lucidpress, en asociación con Demand Metric, encuestó a más de 200 organizaciones, de las cuales el 95 por ciento aseguro contar con guías de marca. Sin embargo, se comprobó que solo el 25 por ciento se llega a apegar a estas guías.
Entonces, una vez que pongas en práctica todos estos puntos estarás dando un paso enorme para el desarrollo de un ADN sólido.
Lo más importante es no entrar en desesperación si no ves rápidamente los resultados que deseas, pues si eres una PyME el proceso puede tomar tiempo. Durante este periodo seguramente surgirán dudas, errores, problemas y modificaciones en tu estrategia.
Sin embargo, todo ello es necesario para mejorar la identidad corporativa, lo que a su vez te permitirá crecer y mantenerte al tanto de las nuevas tendencias y de los cambios o variaciones que hay en la industria.